Semana de Pasión

La vida es un baile de máscaras al que todos estamos invitados.

Cuando levanta la niebla y el día se ilumina ¡qué claro se ve todo! ¡qué bien se ve mundo y sus entes cuando el tupido velo que cubre los ojos cae por algún motivo, hecho casual o alguna persona!

Vas creando tu sueño con ilusión día tras día. Montas tu gran pasión, poniendo uno tras otro cada minúsculo brote de esperanza, que supone cada cual un esfuerzo supremo. Y así un día y otro, levantándolo hasta casi el infinito, hasta que súbitamente, sin esperarlo, algo o alguien te descubren que es algo imposible, que es irrealizable. Que en esta vida, en esta mascarada, no hay lugar para soñar. Hay que hacer lo que todo el mundo cree que tienes que hacer: pensar, actuar y vivir en esa normalidad que todos predican y no practican.

Has de vivir de ese modo que te ha tocado, por decreto. Está prohibido soñar. No se te permite tener ilusiones, anhelos. La vida es así. Tu vida es así y siempre habrá quien te lo recuerde, quien te diga que ‘eso’ no te está permitido. Que no es tu rol y que has errado el Camino. Y entonces te rebelas. Y pides de nuevo el tupido velo que habías perdido, pero para ellos. Que quieres que la luz que ilumina tu mundo sea la tuya. Tu sueño. Tu pasión. Y no quieres ver todos esos disfraces hipócritas, engañosos, tergiversados,... esa falsa bondad colocada sobre la putrefacta maldad. Y todo, al final, sale. Todo aparece, porque toda aparición es hermosa, pero la realidad es otra cosa.

Caminas por la vida tratando de hacer el bien para ti y quienes te rodean. Incluso llegando al altruismo puro. A duras penas lo consigues. Pero ¡ay! no intentes pedir para tu propia persona. Eso lo cambia todo. Es egoísmo. No tienes derecho a ser tú. No te debes a ti. Has de contar con el resto del mundo. Y han de darte su permiso expreso, su consentimiento y su aprobación y beneplácito. O no. y eso es lo grave. Porque no puedes decidirlo por tu cuenta solamente. Tu Camino en la vida está marcado de antemano. No puedes desviarte de él. No te lo consentirían. Gente pusilánime, mundo falaz, costumbres hipócritas, normas rígidas y ridículas. Te debes a ‘su causa’: no pienses, no sientas, no planees, no decidas, no te ilusiones, no te apasiones. No ha lugar, no tienes derecho. Ellos lo harán por ti. Llora, sufre, medita sobre “tu bienestar”, impulsa sus proyectos, vive sus deseos y hábitos, ríe sus alegrías, siente su dolor... y el tuyo. No exteriorices tu alegría: no la mereces. Además es azarosa y corta, efímera. Solo para tí, solo para tu intimidad. No intentes alargarla, harías daño al resto de ‘personas saludable’ que te rodean. No tienes derecho a ser feliz sin ellos.

Y si no quieren compartir... ¿qué hacer? ¿qué hice para merecer esto? ¿o es sólo un castigo? ¿qué gran pecado olvidado cometí? ¿cual fue el error irreparable? No apuntaré nada sobre mis virtudes, que no son muchas y están todavía por descubrir, ni recordaré mis defectos, que, por el contrario, son grandes, abundantes y conocidos. Pero ¿por qué? ¿por qué yo? ¿por qué a mí, precisamente? Posiblemente sea una venganza del Destino. ¿Venganza? ¿de qué? ¿de quién? Pues no. Ante estas situaciones hay que resistir, oponerse, no dejarse intimidar, luchar, contraatacar, inventar, crear, vivir, soñar, realizar...

Me parece interesante este enlace. Estudia la letra:
http://www.stlyrics.com/lyrics/forrestgump/everybodystalkin.htm
.
Escrito durante la Semana del 28 de Marzo al 3 de Abril de 2011

No hay comentarios: